La continuidad en el paisaje patrimonial

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Esta semana extraemos el texto de... Sagrario Fernández Raga

Sobre la autora: Doctora arquitecta por la ETS de Arquitectura de Valladolid, profesora del área de Composición Arquitectónica y miembro del grupo de investigación LAB/PAP Laboratorio de Paisaje Arquitectónico, Patrimonial y Cultural. Extracto del libro publicado en la Colección Arquitectura, Textos de Doctorado número 57, págs. 219-220.

Publicado el 23 de septiembre de 2021

 

7.1 La Autovía A60 discurre a lo largo del valle junto al cerro de Lancia en Villasabariego 2

El cerro de Lancia, en Villasabariego (León), fotografía de la autora

 

Vestigios de diferentes épocas permanecen ocultos bajo el territorio que hoy ocupa el hombre, sumergidos a un nivel inferior, en el olvido de las sociedades superadas. Constituyen las trazas continuas de otros tiempos históricos, aquello que los arqueólogos llaman niveles estratigráficos son niveles pertenecientes a otras culturas, de otras formas de vida que nunca volverán a producirse. Llegan hasta nosotros documentos incompletos de aquellas comunidades, indicios que nos llevan a continuos interrogantes, a información incluso contradictoria en esa lucha del detective por averiguar quién, dónde y cómo tuvieron lugar aquellos capítulos que conforman el origen de nuestra sociedad y, por tanto, el germen de nuestra civilización.

 

Los fragmentos nos suscitan curiosidad, componen material tangible que documenta poco a poco las historias que nos han llegado por medio de la tradición oral o por documentos escritos, que impulsan al hombre a reconocer su pasado y a tratar de comprender su propia evolución. Pero los materiales no son legibles sin su contexto, sin esa trama continua que los vincula a un espacio y a un tiempo concreto y que, a través de su comparación con los siguientes niveles, son identificados y encuentran su lugar en el palimpsesto de sociedades que se superponen, localizadas unas y otras en una complejidad íntima que es la que integra su belleza.


No es sencillo relatar historias a través de pequeñas intervenciones, mostrar conexiones temporales de un modo comprensible para el visitante, de un modo intuitivo, cercano y fidedigno para aquel que se acerque a observar las trazas de su pasado sin, para ello, caer en la recreación simplificada de actitudes constructivas que no se conocen en su plenitud y, por lo tanto, no se podrían reproducir. Solo a través de una correcta intervención, leal con el conocimiento, sensible a los diferentes tiempos que se relacionan en el espacio y con las relaciones de continuidad que se producen entre ellos, se brindará al conjunto de la sociedad la posibilidad de comprender cuál es el pasado, el presente y, por tanto, cuál debe ser el futuro del hombre.

La introducción de nuevas infraestructuras en el territorio, longitudinales e infinitas, ha de poder garantizar la continuidad de las diferentes tramas que configuran el palimpsesto contemporáneo que se produce en nuestros paisajes patrimoniales. De este modo se protege la lectura del conjunto como un organismo continuo, extensivo y complejo, abandonando la lectura del fragmento inconexo que no aporta nada más allá de un valor material concreto. El territorio se comprende hoy como un conjunto de transformaciones acaecidas a lo largo del tiempo que configuran nuestro paisaje patrimonial, el cual solo se podrá proteger a través de la evolución lenta, responsable y sensible, coordinada a partir de profesionales que hayan estudiado a fondo las herramientas que han hecho evolucionar el territorio y que sean capaces de atender a las necesidades locales, de modo que se garantice la coexistencia de los nuevos y viejos sistemas.



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