El Lab-ES es un laboratorio de investigación incluido en la estructura docente-investigadora del Instituto de Arquitectura y Ciencias de la Construcción de la Universidad de Sevilla, España. Tiene su sede en el edificio de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Sevilla. Su investigación se centra en las Epistemologías del Sur y los Estudios Socioespaciales.
En el IUACC se han trazado dos ejes formativos de posgrado que articulan las tradiciones investigadoras de la ETSA, que suponen las traviesas epistemológicas de las artes constructivas y arquitectónicas y de las tecnologías aplicadas a la construcción de espacios. El LABES permite articular puentes y transferencias entre ellas y con las nuevas tendencias de las Ciencias Sociales para tratar de dar respuesta a los desafíos ecológicos, medioambientales y sociales contemporáneos. La sociología de las ausencias y de las emergencias que construyen las Epistemologías del Sur promueve puentes y transferencias desde los conocimientos y saberes ecológicamente producidos en nuestro entorno por los colectivos en resistencia, para producir espacios de convivencia y habitar de otros modos posibles. Andalucía, y otras comunidades españolas, encierran una pluriversidad de modos de habitar y sentir que no han sido atendidos, explorados, ni traducidos. Considerados irrelevantes para el capitalismo siguen encerrando lógicas sostenibles que son una esperanza de Futuro, que pueden ser compartidas en las redes de las Epistemologías del Sur Global, para nutrir los saberes en lucha de la existencia, desde nuestra específica pluriversidad.
El habitar la tierra como resultado del sentir ha generado formas productivas, formas de vivir, convivir y construir espacios por parte de muchos colectivos resilientes que articulan tradición e innovación en su existencia cotidiana. Habitar y sentir es un proceso cognoscitivo compartido que se integra en la cultura colectiva como medio generador de vida y belleza particular que integra la identidad común y la memoria afectiva. Estas formas se recrean permanentemente de un modo espontáneo y en ebullición por parte de diversidad de grupos de distintas generaciones en el seno de nuestra sociedad, y de las sociedades del Sur Global. La enorme diversidad que la globalización ha puesto en contacto y convivencia en los contextos urbanos, pero también rurales, genera una Andalucía intercultural encrucijada de diversidades internas ignoradas o representadas como externas inintegradas desde el reduccionismo de la “razón indolente”. El habitar y el sentir se diversifica en múltiples contextos del pluriverso andaluz no considerados o re-conocidos como sentidos propios de existir, como sentidos de mismidad cultural. Se constata una necesidad de producir investigaciones basadas en nuevas metodologías emergentes que revelen desde las ausencias y las emergencias los modos de re-existencia del sujeto y sus modos de habitar y existir. El siglo XXI se revela como un contexto de conquista de la voz y de la poética en la producción de narrativas del ser y del habitar contemporáneos que busca visibilizar las inexistencias en el pluriverso del presente a través/desde apropiaciones tecnológicas. Promovemos el espacio para repensar el marco operacional de las disciplinas y de la transdisciplinariedad ampliando el horizonte de los saberes que producen conocimiento e incluyendo estrategias de acción propias de los colectivos con los que trabajamos y actuamos para la comprensión de lo vivo y lo no-vivo en relación e interdependencia. Pensar los métodos apropiados, experimentar y estudiar qué impacto tiene en las relaciones humanos/no-humanos y en las “formas de vida” entendidas tanto en cuanto constitución de lo vivo como en cuanto maneras de (con)vivir-sentir-habitar.
El contexto de la pandemia covid19 ha mostrado la fragilidad de nuestros marcos institucionales y estructuras productivas. El dominio de lo productivo en lo doméstico, la institucionalización de lo reproductivo, la desinstitucionalización creciente de la salud y la institucionalización de los cuidados son algunos de los trocamientos del tercer milenio cuyas contradicciones la “pedagogía del virus” ha desvelado. La importancia de lo comunitario, y las redes de apoyo y cuidado vecinal han hecho emerger otros sentidos de la salud y otros modos de habitar, resistiendo ante las fragilidades del sistema, visibilizando también las fortalezas de los grupos y organizaciones con una capacidad adaptativa y creativa reveladora. La visibilización de otros modos de entender y abordar la salud y el cuidado se ha tejido en una tendencia fragmentante de la sociedad y de los recursos disponibles en prácticamente todos los estados desarrollados. Lo esencial que permite mantener y reproducir vida se encuentra amenazado y en frágil equilibrio en un contexto donde la energía para la vida es objeto especulativo. La pedagogía del virus impulsa nuevos modos de habitar y de sentir que deben ser conocidos y traducidos para ampliar los horizontes de esperanza.
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