Mimar Sinan, Arquitecto de Suleiman. El Renacimiento Oriental

Blog encabezado blanco

Esta semana escribe... Francisco Gómez Díaz

Sobre el autor: Doctor arquitecto y Catedrático del Departamento de Proyectos Arquitectónicos en la ETSA de la Universidad de Sevilla, cuya labor ha sido reconocida con diversos premios nacionales e internacionales en materia de arquitectura, ciudad y paisaje, además del ámbito patrimonial.

Publicado el 7 de octubre de 2021

 

2 Mezquita-de-Suleimán desde el patio 3 Interior de la mezquita de Suleimán

Izda. La mezquita de Suleimán desde el patio de las abluciones, Estambul. Dcha.Interior de la mezquita de Suleimán.
Fotografías del autor

 

Nuestra cultura occidental ha sido siempre excluyente con aquello que no se adaptaba de manera precisa a los códigos establecidos, aún cuando sus orígenes estuviesen ligados a un pasado común.

 

Que Estambul es una de las ciudades más impresionantes de este mundo que habitamos es algo que no admite dudas. Capital del Imperio Romano de Oriente, del Imperio Bizantino y del Imperio Otomano, su posición estratégica a caballo entre Europa y Asia, la convirtió en escala obligada de todas las rutas comerciales, fuesen terrestres o marítimas.


 

Esto ha supuesto que se haya configurado como una metrópolis, la más grande de Europa, con un patrimonio inigualable: el estrecho del Bósforo, el Cuerno de Oro, el mar de Mármara, y una colección casi infinita de edificios de primer nivel en todas las etapas históricas: iglesias, mezquitas, palacios, murallas, baños, cisternas, bazares...hacen de Estambul una ciudad con una vitalidad inagotable, capaz de saturar todos los sentidos.

 

Pero quería rescatar al que, a mi entender, fue el mejor arquitecto del renacimiento oriental: Mimar Sinan (1490-1588), quien desarrolló una amplísima labor en paralelo a algunos de los mejores arquitectos renacentistas italianos como Vignola, Palladio o Miguel Ángel, o españoles como Juan de Herrera. Arquitecto de la corte de Suleimán el Magnífico, llevó a cabo el diseño y la construcción de más de 300 conjuntos edificados en todo el imperio otomano, incluyendo las monumentales mezquitas de Mihirimah, Shezade y Süleymaniye, conjuntos que incluían escuelas coránicas, caravasares, hospitales, cementerios, y también puentes, como el de Mostar o el más conocido de Mehmed Paša Sokolović en Višegrad (Bosnia-Herzegovina), declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

 

La maestría de Sinan parte de un vasto conocimiento de la cultura occidental por sus campañas militares ya que era jenízaro, además de que se había formado con el arte bizantino. De hecho, con Santa Sofía (Hagia Sophia, 532-537) como referente –con todas las patologías sufridas a lo largo de sus mil quinientos años de historia-, Sinan lo que hace es reformular su sistema espacial y estructural tratando de resolver la transición desde su cúpula principal a través de una serie de semicúpulas de menor dimensión que, a modo de alforjas, transmitían los esfuerzos escalonadamente hasta el perímetro resistente, consiguiendo así que sus muros pudieran casi desmaterializarse por la cantidad de ventanales existentes.

 

Además, yo resaltaría la manera en la que enfrenta un proyecto de esta naturaleza a una topografía y a una morfología tan compleja como la de Estambul, mediante la creación de recintos donde la precisa geometría vectorizada de las mezquitas, preside un conjunto en el que la escuela coránica, el caravasar, el hospital y el cementerio sirven para relacionarse con la trama urbana, convirtiéndose en muchos casos en verdaderos edificios-muro para resolver los importantes saltos de cota que se producen en su entorno. Y todo ello, con un importante componente paisajístico, ya que el conjunto de minaretes emerge sobre el caserío circundante, signando de manera nítida el barrio al que pertenece.

 

Autor de obras en Turquía, Grecia, Bosnia-Herzegovina, Hungría, Siria, Irak, Arabia Saudí, Palestina, Rusia e, incluso se habla de su colaboración en el Taj Mahal en Agra (India), Sinan pasa por ser uno de los arquitectos que, con el apoyo de Suleimán, Selim II y Murat III, pudo construir el mayor número de edificios a lo largo de su dilatada vida en el siglo XVI, en pleno Renacimiento Otomano.

 

Para mí, los mejores libros que recogen su obra son: "Soliman et l'Architecture Ottomane" de Henri Stierlin (Office du Livre, Fribourg, 1985), y "Sinan. The Grand Old Master of Ottoman Architecture" de Aptullah Kuran (Ada Press Publishers, Istanbul, 1987).

 

Consciente de los retos que se había impuesto, en su autobiografía escribe: "Los arquitectos de cierta importancia en países cristianos se sienten muy superiores a los musulmanes, porque hasta la fecha éstos jamás han realizado nada comparable a la cúpula de Santa Sofía. Gracias a la ayuda del Todopoderoso y al favor del sultán he conseguido construir para la mezquita del sultán Selim una cúpula que supera a la de Santa Sofía en cuatro zira (varas) de diámetro y seis de altura".

 

Sinan murió el 17 de julio de 1588 a la edad de 98 años, una longevidad nada común en aquel momento. Está enterrado en una türbe diseñada por él mismo, situada en el cementerio que se encuentra en el recinto de la Mezquita de Solimán hacia el norte, al otro lado de una calle llamada Mimar Sinan Caddesi en su honor, muy cerca de las tumbas de sus principales mecenas: el sultán Suleimán el Magnífico y su esposa Roxelana.

 

Visitar Estambul es siempre sorprendente desde todos los puntos de vista, incluyendo el gastronómico, pero aprovechar para realizar un itinerario a través de la obra de Sinan es una peregrinación que siempre merece la pena.

 

Iniciar sesión

Login

Usuario
Password *
Recordarme